Elaborar un escrito no es una tarea sencilla, pero podemos seguir una serie de pautas para organizar el trabajo y optimizar el resultado.
Este gráfico representa la situación en la que nos encontraremos cuando nos propongamos crear un artículo, sea del tipo que sea, aunque el contenido de cada paso será distinto.
La idea:
Es el principio de todo artículo, ya que sin idea no hay producción. Cabe aquí la expresión “Cogito, ergo sum”, aunque si añadimos una pequeña variación la adaptación es mayor: “Cogito, ergo scribere”.
Una buena idea puede marcar la diferencia entre un artículo mediocre y un artículo inmejorable, aunque todo es mejorable con el siguiente punto.
Planteamiento:
En este punto podemos tratar el enfoque de la idea y la visión que se hace de la posterior elaboración.
Dentro del enfoque podemos hablar de varias opciones, ya que la temática marca la diferencia entre un enfoque tradicionalista o que podamos plantearnos crear un nuevo enfoque. La primera opción sería para artículos del tipo científico-técnico o similar, en los que la objetividad y el lenguaje elegido están marcados por unas reglas comunes. La segunda opción se plantea ante artículos de opinión donde el creador tiene total libertad para exponer su idea principal.
Visto el enfoque que le podemos dar a los artículos podemos tratar de hacernos una idea general de la elaboración del artículo. Un índice en sucio o un borrador de los puntos a tratar interconectados por flechas nos ayudará a relacionar conceptos rápidamente y hará que a la hora de escribir sepamos cómo repartir las partes del artículo para que todo encaje, empezando por dar una visión global del tema a tratar hasta ir pasando pormenorizadamente por todos los puntos, los cuales ya sabremos como enlazar sin perder el concepto de continuidad del artículo.
Elaboración:
La elaboración es el paso más tedioso o simplemente el paso que más tiempo requiere. Tras tener ya una idea generalizada de lo que vamos a escribir y cómo lo vamos a hacer le toca el turno a la redacción.
Es importante tener una ortografía adecuada, la coherencia y otros puntos que extenderé en próximo número de la serie.
Tras solventar los pequeños problemas que suelen aparecer durante la redacción, como la inclusión de nueva información o su eliminación cuando sobra, trataremos de repasar los pequeños detalles.
Presentación:
La presentación es el último paso pero no por ello menos importante. La presentación puede elevar a un artículo al grado de la perfección.
Temas como el subrayado, la cursiva o el tamaño de la letra es decisivo ante los ojos de un lector.
Un texto plano, aunque tenga un contenido inmejorable, puede pasar desapercibido. Por eso es necesario pormenorizar ante estos puntos.
(Este artículo está tomado literalmente de David Taboas y apareció aquí).